Una persona de unos 50 años (conocemos a alguno y conste que no señaaaaaaalooooooo a nadieee)
sufrió un terrible accidente que le provocó, entre otras cosas , la pérdida de su miembro viril.
Cuando visitó al urólogo, desanimado y errático, fue rápidamente reconfortado:
"Tranquilo, ahora la ciencia combinada con la técnica, pueden solucionar cualquier problema".
Le entregó un muestrario en el que había un miembro pequeño a 1.500 ¤; uno mediano a 3.500 ¤ y uno grande a 6.000 ¤.
El hombre desechó el pequeño y dudaba entre el mediano y el grande.
Mientras pensaba, el facultativo le dijo que sería conveniente que lo consultara con su esposa.
Le pareció un buen consejo y llamó a su esposa para explicarle las opciones.
El médico, al regresar al consultorio, encontró al hombre mirando hacia el vacío con una mirada triste.
"Y bien amigo, ¿lo consulto ya?¿qué le dijo su esposa?"
"Dice que, para lo poco que lo usamos... prefiere reformar la cocina".
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